Eduardo Camín
El cambio climático es un importante disruptor del sistema alimentario mundial, que cambia la forma en que se producen, procesan, almacenan y distribuyen los alimentos. Los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías y el aumento de las temperaturas afectan a los patrones de distribución de plagas y enfermedades y contribuyen a aumentar los riesgos sanitarios y fitosanitarios, coincidieron expertos en temas sanitarios y fitosanitarios del mundo entero.
Los expertos participaron del 3 al 6 de mayo en la primera Semana del Cambio Climático, organizada por el Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio (STDF), donde examinaron en una serie de seminarios web los retos que plantea el cambio climático para la capacidad en materia de inocuidad de los alimentos y sanidad animal y preservación de los vegetales, e identificaron oportunidades para responder a los riesgos emergentes y facilitar un comercio seguro.
La labor del STDF, una asociación mundial establecida por la OMC, junto con la FAO, la OIE, el Grupo del Banco Mundial y la OMS que “ayuda” a los países en desarrollo a cumplir las normas internacionales y obtener acceso a los mercados, responde a la evolución de las necesidades, impulsa el comercio inclusivo y contribuye al crecimiento económico sostenible, la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza, en apoyo de los Objetivos Mundiales de Naciones Unidas.
La Semana del Cambio Climático mostró cómo el comercio está estrechamente vinculado a los efectos del cambio climático en el suministro mundial de alimentos. A medida que cambian las zonas agroclimáticas, las nuevas regiones enfrentarán déficits de alimentos, lo que requerirá un mayor comercio para satisfacer la demanda. Al mismo tiempo, el comercio inseguro puede ser una vía para la propagación de plagas y enfermedades a nuevas regiones.
Los expertos coincidieron en que abordar el impacto del cambio climático en la salud animal, la sanidad vegetal y la inocuidad de los alimentos de manera holística requerirá cambios regulatorios y sistemáticos, la participación activa de una amplia gama de reguladores y profesionales, así como la financiación de esos esfuerzos.
«Cualesquiera que sean las medidas que adoptemos, las soluciones deberán adaptarse a cada región, país y sector, centrándose en apoyar a los productores y reguladores de los países en desarrollo», dijo Jean Marie Paugam, Director General Adjunto de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en el seminario de clausura. «La clave para construir resiliencia climática a largo plazo, es a través de estrategias de gestión de riesgos, actualizaciones regulatorias, sensibilización y otras formas, son las asociaciones», añadió.
Los expertos destacaron que, para garantizar resultados sostenibles, las futuras intervenciones sanitarias y fitosanitarias deberían ajustarse a One Health —un enfoque integrado y multidisciplinario que dé prioridad a la salud de los seres humanos, los animales y el medio ambiente— e involucrar a los gobiernos de los países beneficiarios del proyecto desde el principio. Comvinieron en que el cambio climático refuerza la necesidad de fortalecer las funciones sanitarias y fitosanitarias críticas en los países en desarrollo, como la vigilancia, y la capacidad de realizar evaluaciones de riesgos.
En el seminario del 3 de mayo, los expertos en salud animal advirtieron que la aparición de enfermedades zoonóticas, impulsadas por el cambio climático y el comercio de ganado, es cada vez más frecuente y puede conducir a futuras pandemias y señalaron que para prevenir y hacer frente a futuros brotes, es fundamental fortalecer los servicios veterinarios y las capacidades sanitarias y fitosanitarias nacionales para llevar a cabo evaluaciones de riesgos.
Por otra parte se hizo especial mención de la herramienta de apoyo a la toma de decisiones de alerta temprana basada en la web desarrollada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que apoya la prevención y el control de la fiebre del Valle del Rift en África oriental mediante la vigilancia en tiempo real, la previsión de riesgos, la cartografía y la evaluación.
Los xpertos advirtieron que el cambio climático está causando que las plagas de las plantas se propaguen a altitudes más altas, como el barrenador de la baya del café en Colombia. Los expertos en sanidad vegetal están sensibilizando a los agricultores para que utilicen bioplaguicidas para atacar esta plaga, en lugar de pesticidas químicos, lo que puede provocar resistencia a las plagas, pérdida de biodiversidad, degradación del suelo y problemas de seguridad alimentaria.
Los agricultores reciben mensajes SMS que les alertan sobre el momento óptimo para rociar bioplaguicidas para maximizar la eficiencia sin dañar el medio ambiente.
Para los expertos, el cambio climático está creando complejidades en la seguridad alimentaria y afectando a todas las etapas del sistema alimentario, desde la producción hasta el procesamiento, la distribución, el comercio minorista, el consumo y la recuperación de residuos. Un ejemplo es el deshielo acelerado del permafrost que libera metales pesados en los ecosistemas acuáticos, comprometiendo la vida acuática, los suministros de agua dulce y los cultivos como el arroz.
Los debates también abarcaron a los pequeños Estados insulares en desarrollo, que se ven particularmente afectados por el impacto del cambio climático en la inocuidad de los alimentos. En el Caribe, la falta de datos es una preocupación clave. La mayoría de las enfermedades transmitidas por los alimentos en la región son desconocidas debido a la ausencia de una vigilancia adecuada, y la falta de pruebas epidemiológicas para aislar la causa, a menos que haya un brote.
Los expertos destacaron que los gobiernos nacionales deben financiar la recopilación de datos y la vigilancia para mejorar la inocuidad de los alimentos a largo plazo. Los donantes también podrían invertir en proyectos destinados a fortalecer la gobernanza para mantenerse al día con los cambios en los sistemas alimentarios.
Efectos y causas de las olvidadas reformas agrarias
Aunque Naciones Unidas aprobó una declaración sobre los derechos del campesinado, es decir, de quienes han producido los alimentos desde hace miles de años, los laboratorios hegemónicos están cada vez más interesados en la creación de alimentos. Aunque un mundo más caliente pueda beneficiar al crecimiento de algunas plantas, la emergencia climática pone en peligro la agricultura y la pesca tal como se conocen en la actualidad
La tecnología, por supuesto, está en la base de la agricultura. De hecho, “las tecnologías no son el futuro, son el presente”, afirmaba José Juan Rodríguez, del Departamento de Ciencia Animal y Alimentaria de la Universidad Autónoma de Barcelona. La solución para lograr una adecuada alimentación de toda la población no puede ser única y la tecnología es solo una pata más.
Gran parte de las investigaciones en el terreno de la tecnología de los alimentos se enmarcan en cómo lograr productos vegetales que simulan la carne. “Hay un mito general aceptado en los países ricos que considera que la dieta vegetariana es mejor, más saludable. Pero, en determinadas áreas de América Latina, África o Asia, las dietas vegetarianas estrictas conducen a la desnutrición. Sin embargo, las modas llegan y algunas se quedan”, señala Rodríguez.
“ En este caso, la industria alimentaria está creando alimentos que puedan suplir las carencias a las que estas personas están abocadas. La introducción de alimentos cien por cien veganos, pero que se parecen, saben y tienen una estructura y propiedades nutricionales similares a la carne está en alza. Seguramente, la implantación de alimentos vegetales que simulen a los animales va a ser una tendencia en un futuro reciente”, sostiene el investigador de la Universidad de Barcelona.
Y el debate en torno a los avances tecnológicos en el contexto de la alimentación no termina ahí. Diego Bárcena, biólogo sintético e integrante de Ecologistas en Acción, habla de “burbuja tecnológica”, al subrayar que grandes multimillonarios están destinando dinero a las investigaciones en este campo y recuerda que para lograr células madre también existe sufrimiento animal.
Por ello, desde este colectivo apuntan que la revolución alimentaria requiere un cambio de hábitos hacia un aumento de proteína vegetal de una agricultura social, local y sostenible. Bárcena apuesta por una ganadería extensiva que aporte servicios generando ecosistemas ricos en biodiversidad. Entra en juego, de nuevo, la cuestión del modelo de desarrollo y económico.
Sin dudas el mundo de la alimentación está cambiando, a la vez que es una evidencia que las alteraciones climáticas, como mínimo, reducirán el margen de seguridad del sistema alimentario mundial. Mucho se teme que detrás de la fachada del comercio inclusivo y el crecimiento económico sostenible, se esconde el triste y sesgado debate entre entendidos sobre agroalimentación
Es el hecho de que si la ingeniería genética promete incrementos de rendimiento del 20 por ciento y la reforma agraria de los países del Sur puede proporcionar incrementos del mil por ciento… la opción será siempre a favor de la ingeniería genética, porque parece prohibido pensar en la distribución de la tierra.
El crítico e incierto futuro de la alimentación global precisa de una acción conjunta de distintos sectores de la sociedad. Aunque en la dinámica actual del capitalismo se desperdician toneladas de comida, millones de personas pasan hambre o tienen problemas nutritivos graves en todo el mundo. En realidad, la premisa oculta de estos debates, de este razonamiento “tecno entusiasta” es que el orden socioeconómico capitalista es intocable.
*Periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
0 Comentarios