Xenofóbica violencia contra migrantes venezolanos en Chile

 Cecilia Vergara Mattei

Los violentos y xenófobos hechos suscitados el fin de semana en Iquique, en el norte chileno, donde en medio de una manifestación en contra de la migración irregular, un grupo de personas incendiaron las pertenencias de familias, en especial venezolanas, que se alojaban en un campamento de migrantes .

Durante la movilización que se trasladó desde la Plaza Prat hacia Playa Bravo — la que pidió mayor regulación sobre los migrantes y donde hubo enfrentamientos con Carabineros—, desconocidos se dirigieron a un pequeño campamento de migrantes venezolanos,  quienes no estaban en el lugar, e iniciaron una barricada con sus pocas pertenencias: carpas, colchones, bolsos, cobijas y juguetes, y las incendiaron.

El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, alimenta esta clase de barbarie, dijo el relator especial de Naciones Unidas, Felipe González. «Inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables, afectándolos en lo más personal», añadió.

Caterine Galaz señaló en El Mostrador que se trató de “una explosión racista y xenófoba que no nace de la nada, sino que fue pavimentada durante años por una política gubernamental excluyente, discriminatoria y selectiva. Tanto la quema de enseres de las personas migrantes –un acto de por sí deleznable– como el desalojo por parte de las autoridades de la plaza Brasil –además mediatizado como espectáculo–, vulneran los derechos humanos de quienes buscan refugio ante la crisis”.

Pero se cosecha lo que se siembra y hoy esta actuación política del Gobierno en la materia tiene efectos perversos en la ciudadanía que, tristemente, nos muestra el horror de los últimos actos en Iquique, añadió.

Carlos Figueroa, director de incidencia y estudios del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), señaló que “lo que sucedió fue la acumulación de un proceso de mala gestión de una migración que viene sucediendo en Chile desde el año 2017 en adelante”. Se “requiere de una voluntad grande de las autoridades que han fomentado discursos de criminalización que no han ayudado a este clima”, añadió.

“Lo de a plaza Brasil no era migración», era microtráfico, delincuencia. Yo soy promigrante y hay que buscar ayuda para ellos, pero «los micro traficantes, los delincuentes no tienen nacionalidad», afirmó.

Asimismo, criticó la política de expulsiones que ha llevado adelante el gobierno de Sebastián Piñera, argumentando que «no son el camino. El show mediático hace ver a la migración como una amenaza para el país. Si seguimos criminalizando a los migrantes, se van a acentuar los problemas de convivencia social», concluyó.

Y si bien sostiene que “muchas personas se sienten avergonzadas y dolidas por esos hechos que ocurrieron en el norte de Chile”, advierte que “no podemos desconocer la importancia de estos hechos que dañan no solo la imagen de Chile sino que nos dañan como sociedad. Esta idea de que es más importante ser chileno que ser de otra nacionalidad nos empieza a deshumanizar.

El vicepresidente Rodrigo Delgado ofreció un balance: «Son 16 familias afectadas con esta lamentable quema de sus pertenencias. Lamentable y repudiable. Como gobierno nunca vamos a avalar el uso de la fuerza, de la violencia, como resolución de conflictos», dijo

El exsubsecretario de Guerra, Gabriel Gaspar, señaló que «La migración es un problema global que ningún país puede resolverlo solo. No se resuelve con una sola medida, sino con un paquete de medidas. Todos los afectados tenemos que ponernos de acuerdo, tenemos que conversar del tema”.

Chile reubica a venezolanos y busca culpables en Iquique«(…) Es justo reconocer que el problema no empezó ahora. Quizá se agravó, pero se agravó porque el Gobierno asumió una política más de uso político del tema para colocar el tema de Chilezuela en la agenda nacional, haciendo mensajes equívocos, como la visita del propio presidente (Sebastián Piñlera a un acto de oposición venezolana ) a Cúcuta, la dictación de la Visa de Responsabilidad Democrática, que en el fondo es decirle a los venezolanos ‘vengan a Chile, puede que no los quieran en otra parte. Vénganse para acá’. Eso es una invitación abierta», dijo Gaspar.

«No hay gobierno desgraciadamente. Yo esperaría que el Congreso convocara al Gobierno a que explicara cuál es su plan de medidas. Todavía le quedan seis meses a esta Gobierno». Además advirtió que «esto puede crecer, puede volver a repetirse. Yo no sé qué es más bárbaro. Mi generación vio quemar libros, también vio quemar seres humanos. No quiero que nunca más pase eso en Chile».

Como primera acción, propuso «crear control en la frontera, recepción y distribución de todo el territorio de los que en definitiva llegan. No puede ser el norte, Iquique en este caso (…) una zona de sacrificio». También planteó que «el Estado tiene estructura para manejar la recepción de gente que está en condición de precariedad. Lo vemos con la gente en condición de calle y que no son pocos».

Según la prensa santiaguina, la intolerante y xenófoba manifestación ocurrió un día después del desalojo en la Plaza Brasil, donde pernoctaban los migrantes más pobres y sin papeles que no logran llegar a Santiago y sobreviven vendiendo dulces o limpiando vidrios en los semáforos de la ciudad.Fuera ilegales!": Gran marcha en puerto del norte de Chile contra la migración - France 24

Un grupo de iglesias y organizaciones sociales cristianas instó al gobierno poner fin a las expulsiones de inmigrantes y a tomar medidas reales y eficientes para gestionar la crisis huma humanitaria. “El gobierno no puede pretender que desalojar campamentos y expulsar migrantes sea la solución – más bien – es una medida inhumana y antibíblica”, señalaron.

Expresaron asimismo que no pueden callar ante los graves hechos ocurridos en Iquique donde ciudadanos chilenos cercaron el campamento migrante instalado en una plaza y `procedieron a quemar las pertenencias de familias en situación de calle.

“La llegada de cientos y miles de migrantes, es un proceso desafiante y difícil de abordar, pero se trata de una crisis humanitaria, por tanto, el primer objetivo debe ser garantizar la dignidad de todas las personas involucradas”, argumentaron las agrupaciones cristianas.

Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

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