Por Raúl Allain (*)
El Bicentenario de la Independencia del Perú se celebró en diversos países del
mundo con la iluminación de emblemáticos monumentos con los colores patrios.
Varios países del orbe como Brasil, Colombia, México, Nueva Zelanda, Japón y
Estados Unidos rindieron homenaje a la Independencia del Perú e iluminaron
emblemáticos monumentos de rojo y blanco.
Debemos señalar que las autoridades y la comunidad de la Ciudad de México se
sumaron a las celebraciones del Bicentenario de la Independencia iluminando los
edificios de la tradicional Plaza de la Constitución con los colores rojo y blanco de
la bandera peruana.
A través de las redes sociales, la Embajada del Perú en México publicó imágenes
coloniales sobre el Perú siendo bien recibida por decenas de internautas, quienes
agradecieron esta muestra de simpatía del pueblo mexicano. “Gracias, México”,
“Hermoso”, “Perú lindo y México lindo”, comentaron.
En el marco de la conmemoración del Bicentenario del Perú, el Banco Central de
Reserva del Perú (BCRP) puso en circulación una moneda de plata alusiva al
Bicentenario de la Proclamación de la Independencia. Mediante la Circular 0018-
2021-BCRP, publicada en el diario oficial El Peruano, se detalla las características
de la nueva moneda, la cual tendrá en su reverso un primer plano de José de San
Martín con el brazo en alto.
El Perú actual celebró su bicentenario después que otras regiones porque
conmemora los 200 años desde que don José de San Martín proclamó la
independencia de Perú el 28 de julio de 1821. Nuestros vecinos sudamericanos
optaron por conmemorar el bicentenario no de su emancipación, sino del inicio de
las revoluciones que eventualmente los llevarían a ser naciones libres años más
tarde.
El historiador peruano Héctor López Martínez acaba de publicar el libro La
expedición libertadora del Perú, editado por el Instituto de Estudios Histórico-
Marítimos del Perú, a propósito del Bicentenario de la Independencia. López
Martínez entrega diversas dimensiones del Libertador don José de San Martín, no
sólo en su faceta de estratega y militar, sino también de hombre de letras. En
resumen reconstruye un momento histórico vital y complejo, con sus protagonistas
y adversidades.
En su primer mensaje a la Nación, el presidente Pedro Castillo Terrones anunció
que insistirá en convocar una Asamblea Constituyente, mientras que su partido
político Perú Libre también confirmó que en los próximos días presentará un
proyecto orientado a elaborar una nueva Constitución Política del Perú.
Sin embargo, en medio de la grave corrupción y crisis moral que atraviesa el Perú,
me atrevería a decir que en el desfile de escándalos, investigación y procesos
penales contra varios expresidentes, exalcaldes, expresidentes regionales y
demás funcionarios públicos, cada día se refuerza más la idea de que la
corrupción se esparce como un virus en la sombra, desde donde se teje y desteje
el futuro incierto del Perú.
En mi artículo “Bicentenario del Perú: buscando el rumbo” publicado en abril,
señalé: “No tenemos en el Perú una clase política que entienda que el servicio al
país es lo primero. Y muchos que se autoproclaman ‘outsiders’, sólo buscan
acumular dinero y poder, lanzándose a la arena política ya sea mediante la
candidatura a una alcaldía, gobernación regional, Congreso de la República o a la
presidencia del Perú”.
El perjuicio es muy grande, no solamente porque hay recursos del tesoro público
que se despilfarra de manera inadecuada, sino porque representa un mal ejemplo
para los niños y jóvenes. Por un lado, se celebra el Bicentenario de la
Independencia, pero por la otra orilla somos el escenario de una tragedia moral.
Manuel González Prada afirmó hace cien años que “el Perú es un organismo
enfermo: donde se pone el dedo, salta la pus”, y el propio José Carlos Mariátegui
dijo sentirse “nauseado de política criolla”.
La Conferencia Episcopal Peruana, literalmente “Conferencia de los Obispos del
Perú” a través de la Iglesia exhorta a defender la democracia en el Bicentenario de
la Independencia del Perú. Si construir una nación libre y soberana fue la
motivación de quienes vieron la urgencia de forjar el propio futuro como nación, sin
embargo, hoy por hoy la prioridad es “defender con firmeza la institucionalidad
democrática”.
La solución repetimos, no es sólo la sanción judicial a los que resulten
responsables, sino comenzar a construir un país con valores, con disciplina, con
igualdad de oportunidades para todos, con progreso económico e inclusión social.
¿Hacia dónde vamos?
(*) Escritor, poeta, editor y sociólogo. Presidente del Instituto Peruano de la
Juventud (IPJ) y director de Editorial Río Negro.
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