Hace algún tiempo atrás tuvimos la oportunidad de conversar con Servio Hérnandez, repartidor y dirigente de la organización Riders Unidos Ya, que agrupa principalmente a trabajadores de Pedidos Ya.
Servio es venezolano y cumplió tres años desde que arribó a Chile en busca de mejores condiciones:“Yo llegué aquí con la esperanza de encontrar mejor calidad de vida. En principio yo pensaba que se ‘apiadaban’ de nosotros por la crisis que hay en nuestro país, pensé que era como un recibimiento, que me tendían la mano como una ayuda humanitaria, eso fue lo que se vendió. Al principio sí fue muy bueno estar aquí, pero cuando empiezo a vivir esta pesadilla laboral donde… donde toda esta ola de corrupción, de burocracia, de hacerse… hacerse lo ‘Shakira’, al sordo, el ciego y el mudo con este tema. Eso me ha decepcionado porque yo caigo en cuenta de que eso no es ninguna ayuda humanitaria. No, ellos sabían que tenían la oportunidad de hacer grandes negocios con la diáspora venezolana, haitiana, colombiana, etc.”A continuación, repasamos algunas de las cuestiones más importantes en cuanto a las luchas y condiciones de trabajo de los repartidores.
La precariedad del reparto o delivery
Las aplicaciones de delivery se han hecho cada vez más populares a nivel mundial y Chile no es la excepción. Hasta abril del año pasado, eran más de 15 mil los repartidores que trabajaban en las principales aplicaciones de delivery, como Rappi, Pedidos Ya, Uber Eats, Glovo, entre otras(1).Como Servio nos explica, estos trabajadores de delivery o reparto están expuestos a toda una pesadilla laboral, a toda una serie de condiciones de trabajo particularmente precarias.En este sentido, una de las cuestiones que más destaca de manera negativa son las largas jornadas de trabajo. Desde su experiencia personal, Servio nos cuenta que:“De abril hacia atrás esos dos años y tantos meses, incansable, no descansaba, de sol a sol todos los días 24/7. Llegaba a mi casa a las dos, dormía, me paraba las 10, 11, ahí estaba otra vez para darle en la moto 14, 12 horas diarias trabajando.”Si bien alguien podría decir que nadie está obligado a trabajar esa cantidad de horas, lo cierto es que esta es la única manera de obtener buenos sueldos. “Yo tengo que reconocerlo (…) tengo compañeros que sacan muy buen dinero semanalmente con la aplicación, oíste, y cuando te hablo de muy buen dinero, te hablo de 500 lucas semanales, 400 lucas semanales, 350 lucas semanales como mínimo.”-Cualquiera quisiera algo así-“Si, pero yo sé qué significa eso, eso significa no tener vida social, significa estar mecanizado, automatizado, o sea, tú, y te lo digo con mucha propiedad, yo llegaba a mi casa de una jornada de 12 horas de trabajo, 13 horas, pensando en el día siguiente que quiero seguir trabajando, como que uno pierde la noción de las cosas.”Sumada a las extensas jornadas de trabajo, las y los trabajadores de reparto se exponen constantemente a accidentes como lo son choques u otros accidentes de tránsito, quedando muchas veces con heridas graves y secuelas, o en el peor de los casos, provocar la muerte. Casos por los que la empresa no se hace responsable. Como cuenta el compañero, a pesar de que la empresa dice contar con seguros, esta simplemente se descarta de toda responsabilidad ante un accidente concreto:“Yo me encontraba en una capacitación de repartidores y le pregunto al señor que estaba allí. Señor Jorge y qué sucede si yo voy con un pedido o estoy trabajando para ustedes y sufro un accidente” (…) y él me respondió: Contamos con un seguro contra accidentes. Mira, yo inicié a trabajar el 15 de febrero, una semana después me arrolló un auto, por allá en Lo Barnechea, un muchacho de 22 años en estado de ebriedad. El médico que me trató también era venezolano. Él me dice, tú trabaja para esa empresa, claro me vio vestido de Pedidos Ya. El médico me dice que a quien llama, a la empresa para dar aviso que tuve un accidente, porque es una empresa, (…) yo le digo hay un señor que se llama Aaron, (supervisor de la zona de Lo Barnechea por donde trabajaba Servio en ese entonces) búsquenlo en el directorio de mi teléfono, de mi móvil. Cuando lo llamaron ¿usted sabe lo que dijo el señor? Lo sentimos mucho pero no podemos hacer nada por él, y apagó el teléfono.”Asimismo, a esta serie de elementos se suma el hecho de que son las y los trabajadores de reparto quienes están obligados a poner medios de trabajo como la motocicleta o bicicleta, (más las mantenciones y bencina en caso de ser motorizado) o bien otros costos como lo son el uniforme o chaqueta y la bolsa térmica con el logo de la empresa, además, las empresas obligan a disponer de $30.000 en efectivo para hacer las transacciones, dinero que también deben poner de su parte.Aglomeraciones de repartidores, Providencia
Delivery en pandemia: el repartidor paga
Como ha ocurrido con otras fracciones de la clase trabajadora, los repartidores se han visto perjudicados en la dinámica y condiciones de trabajo producto de la pandemia del coronavirus. Las empresas de reparto más grandes del país como lo son Rappi, Pedidos Ya, Uber Eats y Cornershop fueron consideradas desde prácticamente el inicio de las cuarentenas como parte de los denominados servicios esenciales, pero ¿Qué significó esto para los trabajadores del sector? “Automáticamente bajaron la paga por los pedidos”.-¿En serio?-“Sí, o sea, un pedido antes a mí me lo pagaban en 1.865 pesos , al mes de la pandemia me empezaron a pagar 650 pesos base, más el pago del kilometraje, más un multiplicador. ¿Qué es eso? Son herramientas que utiliza la empresa para minimizar a lo más mínimo, los costos operativos para incrementar sus ganancias. ¿A qué costo? Al costo de nuestras vidas, de nuestro trabajo.”Por si fuera poco, a pesar del llamado de la SEREMI de Salud a que las empresas de delivery dispusieran de implementos de higiene y seguridad para prevenir los contagios de covid-19 entre los repartidores, son las y los trabajadores los que terminaron costeando materiales como mascarillas o alcohol gel:“¿Tú sabes lo que hizo la empresa? La empresa mandó un correo electrónico: vamos a tener una gran jornada de entrega de los kits en contra del covid en pandemia, venga a la oficina (Ubicada en Providencia, por lo que solo accedieron unos pocos de la RM) a retirar su kit. Cuando el repartidor iba para allá… Mira, no nos dieron más de 60 ml. de gel alcohol, una sola mascarilla y dos pares de guantes. Nosotros, tuvimos que meternos la mano en el bolsillo, comprar nuestros utensilios para hacerle frente a esa enfermedad. Tuvimos que ir a las farmacias de manera unilateral, gastar de nuestro dinero y comprar las cosas para protegernos porque la empresa nunca lo hizo y nunca lo hará”Otro de los efectos de la pandemia sobre las y los trabajadores de delivery guarda relación con la desregulación de los tramos o distancias a recorrer por parte de estos:“Para darte un ejemplo, en Pedidos Ya anteriormente tú trabajabas en Santiago Centro, el algoritmo no te sacaba de Santiago Centro, tú trabajabas en esta zona. Ahorita no, tú trabajabas en Santiago Centro y va a parar Maipú, de Maipú te jalan para La Florida, de La Florida pa’ Macul, Peñalolén, Providencia, Las Condes y después te vuelven a bajar, todo el día así.”Además, producto de este ‘reconocimiento’ como servicios esenciales en pandemia, los repartidores tienen permitido entregar pedidos dentro del horario de toque de queda (hasta las 0:00 hrs), lo que ha llevado a que se vean expuestos a ataques en la noche para robar sus pertenencias.(2)De este modo, tal como reflexiona Servio, la pandemia sólo ha profundizado una situación que ya se venía dando en el área del delivery, aprovechando además el miedo de las y los trabajadores del sector a quedar cesantes:“Siempre ha sido así, pero ¿qué sucede Javier? (…) con la pandemia ellos vieron la oportunidad de arreciar más ¿sabe? de profundizar más la precarización ¿por qué? porque en momentos de pandemia ¿quién se quiere quedar sin trabajo? Quedarse sin trabajo siendo extranjero en un país que no es el tuyo no es fácil.”
Trabajadores inmigrantes
Una de las características particulares de esta fracción de la clase obrera dedicada al trabajo de reparto es su composición principalmente inmigrante, lo cual Servio considera que está lejos de ser una casualidad, pues como dice él:“No estoy aquí en su país por gusto, yo estoy aquí por necesidad. Si tu sacas el capital humano de estas empresas, tanto aquí en Chile como en todos los países trabaja principalmente la diáspora venezolana, hay un alto porcentaje de venezolanos, de migrantes.”Justamente, para contextualizar, al menos para fines del 2020 y principios del 2021 el 10,9% de los asalariados ocupados del país era constituida por trabajadores inmigrantes, donde solo las y los trabajadores venezolanos representan el 4,7% del total de la los ocupados, seguidos por peruanos, haitianos, colombianos y bolivianos. De este modo, las y los trabajadores venezolanos constituyen el 42,8% de los ocupados inmigrantes del país.(3)Finalmente, es importante mencionar que este sector en particular migra con la promesa de encontrar mejores condiciones laborales y de vida, por lo que vienen de una condición de precariedad desde su país nativo. No es de sorprender entonces ver que esta fracción de clase se dedica principalmente a este tipo de trabajos altamente desregularizados y precarios.
La lucha por el reconocimiento de una relación laboral
Una de las principales demandas que encabezan las luchas de estos trabajadores es algo muy básico, el reconocimiento laboral. Sí, por absurdo que suene, la ley no reconoce una relación laboral entre los repartidores y las aplicaciones, ante el papel son ‘cuentapropistas’ o trabajadores independientes.“Nosotros ‘no existimos’, así me lo hizo saber una trabajadora de la dirección del trabajo: No Servio, lo que sucede es que ustedes están en el limbo, no existen. y mi respuesta fue, eso lo sabemos, pero lo que usted me da a entender es que estamos en el limbo, no existimos y así lo desean mantener, en el limbo”.Al no contar con una relación empleado-empleador su trabajo está fuera de las regulaciones, por ende la empresa no garantiza derechos como un contrato de trabajo, sueldo mínimo, cotizaciones, seguros, bonificaciones, etc. Del mismo modo, al no ser reconocidos como trabajadores, no pueden formar un sindicato, al menos en términos legales, es decir la empresa no se ve obligada a reconocer un sindicato con el cual sentarse a negociar.Protesta de repartidores en Buenos Aires, Argentina
Una lucha nacional e internacional
Pese a lo anterior, se han levantado distintos esfuerzos de organización por parte de los repartidores con el fin de centralizar demandas y unir fuerzas entre trabajadores. Justamente, la experiencia organizativa de Riders Unidos Ya está lejos de ser una experiencia aislada, pues como nos cuenta el compañero “tenemos un proyecto muy importante que llamamos La Marea, La Mancomunal de Repartidores de Chile”. Esta mancomunal agrupa a lo menos 4 organizaciones distintas de repartidores distribuidas a lo largo del país.A esta iniciativa, se suman también los distintos contactos que han tomado con otras organizaciones sindicales del país, como también internacionales: “Hemos tenido contacto con El sindicato de Papa Johns, con muchas organizaciones sindicales, no solamente aquí, a nivel internacional también: Argentina, Ecuador, Perú, México, España.”Esta dinámica internacional es importante de analizar, pues desde el punto de vista del compañero, la masificación internacional de estos nuevos sistemas de trabajo llevan a que finalmente las y los trabajadores busquen desarrollar experiencias de resistencia en distintas partes del mundo, interactuando entre ellos a partir de sus condiciones de trabajo comunes: “Es un fenómeno que se está dando a nivel mundial no solamente aquí en chile, donde estas empresas llegan hacen lo mismo, lo único que cambia es el país y la moneda obviamente y el nombre la empresa, pero son lo mismo, hacen lo mismo, entonces por ende cuando la clase obrera, la clase trabajadora, se percata del sistema, los que tienen las agallas de hacerle frente, salen al frente como mi persona, como en Argentina el compañero Maxi de ATR (Asamblea Nacional de Trabajadores de Reparto), como Yuli, venezolana que trabajan en Ecuador que también están haciendo un frente bastante contra Glovo en Ecuador, como el compañero Saúl en México, como Carolina Hevia en Colombia, como el compañero Fernando Gallardo en Concepción y como muchos compañeros, y eso va a seguir así”.
La contraofensiva de la empresa
Sin embargo, frente a la organización y manifestaciones por parte de los trabajadores, es que Pedidos Ya recurrió al amedrentamiento y otras prácticas antisindicales para aplacar estos esfuerzos.“Ellos infiltraban en las organizaciones a nuestros mismos compañeros, pero que jugaban un papel a favor de la empresa, entonces cuando ubicaban a los compañeros que querían organizarse ellos los llamaban: mira, sabemos que eres tú y tú, y fulano y zutano, vengan a la empresa que necesitamos hablar con ustedes para darles solución (…) el repartidor iba pensando que le iban a solucionar el problema, pero salían amedrentados y despedidos, a la semana, a las dos semanas les quitaban las cuentas, los dejan sin trabajo, entonces ¿eso que hacía? creaba miedo, el repartidor tenía miedo de organizarse”.Así las cosas, Servio junto a otros compañeros fueron despedidos en abril del 2020 justamente por exigir mejores condiciones de trabajo. Frente a eso tomaron la decisión de levantar dos demandas colectivas buscando que la empresa reconozca la relación laboral que mantenían.Pero todo este proceso no ha sido fácil, pues en primer lugar la empresa ha buscado dividir la fuerza de los trabajadores: “Éramos 55, pero la empresa fue comprando conciencias, quedamos 20 compañeros en la demanda y ahí estamos guerreando”. En segundo lugar, una vez que la empresa forzó a un cambio de fecha del juicio por la demanda colectiva, esta comenzó a argumentar que no podía darse por notificada producto de la pandemia: “Pero tú ves a todos los compañeros repartidores de Pedidos Ya trabajando día y noche incansablemente. La empresa no ha cerrado, la empresa en eso, para esos efectos, ellos siguen funcionando, pero para los efectos de darse por notificada para otra demanda están a puerta cerrada.”El 2 de noviembre, cuando se realizaría el juicio por la demanda colectiva interpuesta por Servio y sus compañeros, el juzgado toma la decisión de correr nuevamente el juicio para el 2 de febrero del mes pasado, donde esta vez la jueza decidió declararse incompetente frente al caso: “El juez dos días antes del juicio y previo a las 2 sentencias de Concepción donde salieron favorecidos los dos compañeros repartidores, donde se reconoce la relación laboral y donde se insta a la empresa a reconocer la figura del trabajador en su empresa y a pagar todo el daño moral que ya han causado por estar despidiendo la gente así como así (…), justamente previo a esas dos sentencias viene nuestro juicio y el juez que dice: “suspendido en la audiencia de juicio, nos vemos el primero el 2 de febrero del año 2021”Finalmente, llegado el 2 de febrero, la jueza a cargo del juicio corrió nuevamente la citación para este lunes 12 de abril.Pese a la compleja situación que enfrentan, Servio y sus compañeros/as se mantienen firmes en continuar la demanda, además se trabajar continuamente en la organizaciones de La Marea y Riders Unidos Ya, sumando nuevos integrantes, concientizando sobre su situación, formando relaciones con otras organizaciones, todo suma en la lucha de estos trabajadores.
Conclusiones
Distintos temas surgen de la entrevista al compañero. Uno de ellos es la expansión e instalación de nuevas ramas de servicios con condiciones laborales absolutamente “flexibles”, como es el caso del delivery. En ese sentido, la demanda por el reconocimiento de la relación laboral de este sector de trabajadores debe entenderse como un medio o un hito de una larga lucha de estos por constituirse como trabajadores ante el capital y el sistema político, ya que si bien la conquista de su reconocimiento significaría un importante logro en cuanto a condiciones legales, su precarización laboral y material se mantendría. Otro punto que surge de la entrevista al compañero es la importancia de coordinarse con otros sectores de trabajadores, no solo de otras ramas para solicitar apoyo, sino también de trabajadores en otros países que trabajan en condiciones similares y que pueden apoyar y transmitir experiencias de lucha y organización. Otro tema que parece importante para la clase en su conjunto es registrar estas nuevas modalidades de explotación, ya que es muy probable que ese tipo de procesos de trabajo y contratación afectarán a otras ramas de la producción. Finalmente, dejamos planteadas algunas preguntas para el debate:¿Qué papel asigna el capital y el estado burgués chileno a la clase obrera de carácter migrante?¿Las condiciones de este sector de la clase obrera representan una modalidad laboral que que el capital podría imponer al conjunto de la clase?¿Cómo debiera incorporar una política de clase a este destacamento de la clase obrera a las luchas y demandas sociales y políticas locales?
(1) Según los datos registrados por CIPER, serían más de 15 mil repartidores trabajando de manera activa en Chile: “El relato de los trabajadores de delivery que viven la pandemia sin acceso a baños ni elementos de protección” – Cristobal Ríos y Lucas Cifuentes (07 de abril del 2020) https://www.ciperchile.cl/2020/04/07/el-relato-de-los-trabajadores-de-delivery-que-viven-la-pandemia-sin-acceso-a-banos-ni-elementos-de-proteccion/
(2) Información en base a “Repartidores en Chile: Situación de exposición actual a violencia y delincuencia”, elaborado por La Mancomunal de Repartidores y fundación FIEL, 10 de agosto 2020. http://lamancomunal.cl/organizacion/
(3) Fuente: Elaboración propia en base a los datos entregados por la Encuesta Nacional de Empleo del trimestre Noviembre, Diciembre, Enero del 2020-2021, INE.
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