Bom día Verónica, un thriller brasilero que te va a dejar sin aire

Por Priscila Castillos

Bom día Verónica, una serie brasilera producida por Netflix, estrenó en noviembre de 2020. Surge de la adaptación de un libro publicado en 2016, de Ilana Casoy (Criminóloga, guionista, escritora) y Raphael Montes (escritor y guionista). 




El personaje principal, Verónica, trabaja en una comisaria de homicidios como escribana, su lado empático y el deseo de poder ayudar le gana, buscando así interferir en los casos, de forma impulsiva. El espectador la ve cada vez más en un papel fuerte de detective. Sin dudas el pasado influye en sus decisiones, una persona imperfecta, con sus propias experiencias que enfrentar y seguir de todas formas, buscando esperanza en situaciones casi imposibles de conllevar. 

Dos mujeres distintas, Verónica y la delegada a la que le fue designado el caso: Anita. Con puntos de vista opuestos, tratan de resolver de diferente forma un caso donde las víctimas son mujeres vulnerables. Mientras que Verónica se dirige a la victima de forma comprensiva, Anita ve las mujeres débiles, culpables en fin de la manipulación. Mostrando así que el machismo no lo reproducen solo los hombres y de cierta forma está interiorizado. Como un machismo estructural, propio de la sociedad en que vivimos. 

Otro caso que Verónica insiste en prestarle atención es el de Janete, la historia de este personaje se va desenvolviendo de a poco. Así como su relación con Claudio. Es interesante como la trama de esta relación envuelve al espectador, de la misma forma que Janete se siente envuelta. 

Primero romantizando el hecho de que es una pareja feliz en un hogar, y de a poco aparecen abusos psicológicos, miedo, misterio, ganas de escapar, falta de comunicación con el exterior, el control. Te vas a dando cuenta que está en un relacionamiento abusivo. Janete no vive en una casa sino más bien una prisión, envuelta en secretos que tiene que esconder para sobrevivir. 

Las escenas y la interpretación te hacen sentir cada vez más sofocada. Claudio es el tipo de hombre que nadie duda que pueda hacer algo, un hombre trabajador, una casa en la ciudad, casi como sacarse la lotería. Pero Janete perdió el brillo en sus ojos, vive con miedo, no puede equivocarse ni al hablar, para ser la esposa que él desea, pura y perfecta. Se podría decir que este tipo de casos se repite una y otra vez en nuestra sociedad. Y es súper difícil que alguien lo note, tal vez por esta razón Claudio no la deja ver a nadie. Para que no la convenzan que él está mal, para que nadie le saque toda la culpa que el la obliga a sentir. La manipulación es tan grande, y el miedo desborda. 

Ya es tarde, ya se perdió, ya no tiene salida, presa, y si sale. Él la va encontrar. Y si habla, ¿quién le va a creer? Sin dudas es todo un desafío para Verónica, sobre todo cuando las cosas comienzan a empeorar y los secretos de Claudio comienzan a salir a la luz. Porque Claudio cada vez se transforma en un personaje intocable, porque la ley difícilmente le de credibilidad a una mujer débil, porque ella quiso estar con él, porque ella es cómplice. 

Mediante distintas situaciones Verónica se da cuenta que la ley no esta a su favor, está sola, busca por su cuenta y la ayuda de Nelsón (otro agente de la comisaría), sigue investigando en busca de pruebas, pero cada vez mas se va sumergiendo en un mar mucho mas grande, el de la corrupción. Porque no importa que tanta prueba exista si lo van a soltar en meses, si van a inventar alguna forma para reducir la pena y sacarle peso. Si van a tratar de limpiar las pruebas que encuentren. 

El desespero cada vez es mayor. Porque la justicia al final no existe, si alguien, algo más poderoso la maneja. ¿Qué mujer, aunque sea la más valiente que exista, puede luchar contra esto?. Como ser madre, ser esposa, y ser buena en su trabajo. Si siempre en algo falla, si nunca es suficiente. Como puede proteger su familia si no hay salida, si no van a tener libertad, aunque escapen, porque Verónica ya sabe mucho. Y el poder callarla es más fuerte que cualquier prueba que pueda encontrar. Porque se metió con algo mas grande que ella. Y el final, tan polémico, tan abrupto, así como la sociedad en que vivimos. No sería la mejor salida, pero Verónica está cansada, agotada, quiere hacer la diferencia. Porque piensa que si no es ella nadie más lo va a poder hacer. Es humana, y siente todo tan intenso, dejó de ser ella misma, porque entiende que no puede vivir en un mundo tan injusto y siniestro si sigue llevando consigo la moral, la ética. 

Todo muere el día que decide que esas cosas ya no tienen sentido, si cada uno que tiene poder la va a distorsionar, a la verdad, porque al fin y al cabo es algo que se transforma, que se modifica para beneficiar a una de las partes. Verónica representa la minoría que busca esperanza y tratan de ser justos. Pero a raíz del desespero se rompe, se quiebra. Tal vez su decisión sería lo que alguien en su situación quisiera hacer, pero sabemos que esto es ficción. Y la mayoría de las personas que se someten a tanto terminan de distinta forma, calladas, reprimidas o vendiendo su silencio. 

PD: (spoiler alert) Como crítica tal vez hay algunos diálogos obvios, característico de novelas brasileras, pero se nota el esfuerzo de tratar de desprenderse de las novelas a algo más serial. Y el final estaría bueno que Verónica se entrelace en la sociedad de una forma que no sea tan llamativa. Pero es impresionante como trae al debate temas como: violencia doméstica, injusticia, machismo, homicidio, la maldad y el poder. Sin dudas Brasil gana destaque en Netflix no solo por las excelentes actuaciones, sino por traer estos temas para debatir, en una serie criminal.

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