Nicolás Centurión
El caso del narcotraficante uruguayo Sebastian Marset reviste un entramado de implicancias, delitos, corrupción y organizaciones mafiosas a nivel regional de gran envergadura y a su vez aristas geopolíticas que salpica a los países aledaños y hacen mella en la interna del Partido Colorado paraguayo monitoreado por Estados Unidos.
Por más que el apellido de Marset acapare bastante páginas en algunos periódicos y portales de noticias uruguayos, poco se habla de la pieza Marset como parte de un engranaje mucho mayor, que tiene a Uruguay como parte de un esquema de narcotráfico que implica al menos tres países sudamericanos y a Europa y África como destino de la droga.
Primero lo primero
Primero hay que remontarse a la pandemia de Covid-19. El puerto de Santos en Brasil, fue muy controlado en su momento. El trasiego, el movimiento que allí se daba, mermó significativamente y las autoridades locales estuvieron más alertas. Por eso los narcotraficantes optaron por vías alternativas. A eso se le suma la triangulación entre el Primer Comando Capital (PCC) de Brasil, el Primer Cartel Uruguayo, de Sebastián Marset en Uruguay y la ‘Ndrangheta italiana.
Marset utilizó viejas rutas donde se traficaba marihuana desde Paraguay para pasar a traficar cocaína. El PCC en el país guaraní ha ganado territorio. Una vieja disputa con el Comando Vermelho (CV), otra de las organizaciones criminales más grandes de Brasil, generó tensiones en las ciudades fronterizas Salto del Guairá y Ciudad del Este, ambas con altos niveles de criminalidad, narcotráfico, homicidios y contrabando.
El departamento de Amambay es una de las principales zonas de producción de marihuana de Latinoamérica. También es el principal fortín del PCC en Paraguay, pues la pandilla se ha consolidado como el mayor comprador de marihuana a los productores locales.
Según los investigadores Bruno Paes Manso y Camila Nunes Dias, el PCC comenzó a discutir lo que llamaron “Proyecto Paraguay” por el año 2010 para expandirse hacia dicho país. “El PCC se había dado cuenta de lo importante que era reducir o eliminar a los intermediarios en la cadena de distribución de drogas”, escriben en su libro A Guerra, obra sobre la facción criminal.
El Clan
Otra organización criminal vinculada con Marset, es la familia Cartes. Sabido es el vínculo de éste con el tío del expresidente paraguayo, Vivero Cartes alias “Papacho”.
También eran muy sabidos los antecedentes de Horacio Cartes y sus actos delictivos incluso antes de ser presidente. Lo sorprendente es que con todo esa información sobre la mesa, recién a mediados de 2022 el Departamento de Estado de Estados Unidos decidió declarar a Cartes Horacio como “significativamente corrupto” y congelar sus activos en dicho país.
En 2017 un informe del Servicio de Investigación del Congreso de EEUU consideraba a Cartes como «el magnate multimillonario del tabaco» y en 2022 señalan «acusaciones de participación en lavado de dinero y tráfico de narcóticos» y «corrupción significativa».
Este golpe a Cartes no deja más que abierto el abanico de especulaciones. Primero, ¿qué pasó en el medio para dicho cambio de opinión? Segundo, ¿es un mensaje no solo a Cartes sino a todo su andamiaje mafioso, así como también al resto de actores criminales en dicho país?
Hay demasiadas cosas en juego y que tienen a Paraguay como centro, y no estamos hablando solo de narcotráfico. Paraguay, por ejemplo, es el único país de Sudamérica que reconoce a Taiwán como país independiente.
«El hecho que Paraguay es ahora el único país en América del Sur que sigue manteniendo relaciones diplomáticas con Taiwán demuestra claramente la dependencia de esta relación bilateral con EEUU, el gran aliado que, sin embargo, hasta hoy ni permite la importación de carne paraguaya», enfatizó Andrew Nickson, historiador y especialista en estudios latinoamericanos de la Universidad de Birmingham.
Para Julieta Heduvan, licenciada en Relaciones Internacionales y especialista en Política Exterior de Paraguay, a partir de las acusaciones contra Cartes y el exvicepresidente Hugo Velázquez, se podría hablar de una «centroamericanización» de la política exterior de EEUU. hacia Paraguay. El combate a la corrupción es el punto de conexión entre Paraguay y Centroamérica, según Heduvan.
Otro de los puntos de conflicto donde Estados Unidos se ha metido está ligado a la construcción de la Pastera Paracel, ubicada en la zona de Concepción. Esta obra, con una inversión de 3.200 millones de dólares, cuenta con el capital del grupos sueco Girindus Investments (Suecia) y Copetrol, propiedad del empresario paraguayo Blas Zapag que logró formar parte gracias a una inversión de 1.400 millones de dólares del banco Goldman Sachs. Esto demuestra un primer interés de los estadounidenses.
Los Zapag juegan geopolíticamente: uno de los hermanos es uno de los dueños del club Cerro Porteño, tiene negocios en el agro y otros frentes y cuando se privatizó Petrobras, el que compró la franquicia fue Raul Zapag. Blas Zapag y Cartes eran socios pero ahora se especula con que quiere aprovecharse de la caída en desgracia de Cartes para comprar sus empresas.
Tanto la pastera como otros negocios precisan de la Hidrovía Paraná-Paraguay para exportar sus productos. La disputa es por el control del territorio y de los capitales que están ahí. Es un punto fuerte de conflicto inter-elites porque al haber intereses trasnacionales, desde la punta más alta hacia abajo se requiere más control de la hidrovía y eso tensiona la Triple Frontera (Brasil-Argentina.Paraguay).
«EEUU tiene un interés concreto de instalar una base militar en la Triple Frontera. El Comando Sur viene haciendo operaciones porque entiende que es una zona de riesgo por la presencia de Hezbolá y el lavado de dinero, tráfico de personas, drogas y cigarrillos» señala Leonardo Gómez Berniga, analista político paraguayo.
Estados Unidos pega en la línea de flotación del Clan Cartes con el tema de las tabacaleras y su contrabando. Solo a Uruguay, entre 2014 y 2021, la tabacalera de Cartes transfirió 43 millones de dólares. La Justicia uruguaya había investigado al expresidente por ingresar avionetas con dinero en efectivo, que luego se enviaba desde el Aeropuerto de Carrasco hacia Estados Unidos y Europa.
Las rutas de tráfico de marihuana y contrabando de cigarrillos que se superponen como en papel de calco, hoy son las utilizadas por el PCC brasileño para el narcotráfico, trata de personas y tráfico de armas.
Las balas pican cerca. Uruguay mira hacia un costado haciéndose el distraído. No solo el PCC está cerca, también el Departamento de Estado.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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