Publicado el 24 de enero de 2019
El día 22 de enero, el líder de la derechista Coalición Multicolor y próximo presidente, Luis Lacalle Pou, hizo público el borrador de la Ley de Urgente Consideración (LUC), que pretenden aprobar con celeridad apenas asuman los nuevos legisladores el mes próximo, aprovechando la mayoría parlamentaria de la derecha.
El día 22 de enero, el líder de la derechista Coalición Multicolor y próximo presidente, Luis Lacalle Pou, hizo público el borrador de la Ley de Urgente Consideración (LUC), que pretenden aprobar con celeridad apenas asuman los nuevos legisladores el mes próximo, aprovechando la mayoría parlamentaria de la derecha.
La
norma propuesta faculta al uso de la fuerza pública para disolver los
piquetes de manifestantes y habilita las detenciones “en casos de
apariencia delictiva”.
En la historia
del Uruguay posdictadura se habían enviado 12 proyectos de estas
características, con un máximo de 92 artículos. La LUC, que comprende
457 artículos y consta de diez secciones: seguridad pública, secretaría
de inteligencia estratégica del Estado (SIEE), educación, economía y
empresas públicas, eficiencia del Estado, sector agropecuario,
relaciones laborales y seguridad social, desarrollo social y salud,
normativa sobre la emergencia de vivienda y otras.
Significa
un atraso importante en materia de derechos, criminaliza la protesta,
mercantiliza la educación, coarta libertades, liberaliza el mercado de
importación y refinamiento de petróleo y tiene sendos artículos más que
polémicos, como el número 7 sobre las relaciones sexuales consensuadas
con menores.

El primer
capítulo es sobre la Seguridad Pública. Plantea un terreno fértil para
la represión y se posiciona desde el paradigma del “populismo punitivo”
donde lo único que importa es aumentar las penas y robustecer el aparato
policial.
En la Sección VII del
documento, se establece que “toda medida de huelga deberá ejercerse de
forma pacífica, sin perturbar el orden público y asegurando la libertad
de trabajo de los no huelguistas y el derecho de la dirección a ingresar
en los locales de la empresa” y se dispone que “el Poder Ejecutivo
podrá imponer restricciones a dichas medidas cuando éstas no reúnan las
condiciones establecidas precedentemente”.
El
artículo 11 plantea que cualquiera que “ofenda” a la policía puede ser
detenido de 3 a 12 meses sin explicitar quién establece lo que es una
ofensa y que actos calificarían como ofensa. Lo mismo el artículo 36,
donde la policía puede hacer uso de la fuerza para dispersar reuniones o
manifestaciones que no sean pacificas, pero tampoco se establecen
criterios de lo que es lo no-pacífico.
Los
artículos 448, 449 y 450, de los últimos de la LUC, establecidos en el
capítulo “De la protección a la libre circulación”, son los más
criticados, y es donde se establece la ley anti piquetes. Le otorga el
aval a la policía de dispersar manifestaciones en “pos de la
tranquilidad y la libre circulación” y de detener a las personas que
tengan “apariencia delictiva.” Es decir, por porte de rostro. Y
nuevamente queda librado al criterio de las fuerzas policiales cómo
vayan a proceder y a quienes vayan a detener.
El
artículo 20 también plantea que los efectivos policiales podrán
interrogar “autónomamente al imputado”. En buen criollo, obtener
testimonio bajo apremios ilegales.
La
rehabilitación de los presos es ficticia ya que apenas deja la
capacidad de reducir la pena por estudio y/o trabajo para unos pocos
delitos menores. En el artículo 37, sobre Identificación y advertencia
policial; el personal policial queda eximido de identificarse y de
advertir. Traducción: primero disparo y luego pregunto.
Esto
es solo el principio de la “ley ómnibus”, que pretende impulsar Lacalle
Pou ya que la mayor cantidad del contenido se extrae del programa de
gobierno del Partido Nacional. Faltan los agregados de los demás
partidos. Una ley que tiene artículos de “relleno” o que no parecen ser
tan de urgente consideración como que las carnicerías puedan elaborar
sus propios chorizos o la portabilidad numérica.
Lo
que se expuso muy brevemente son solo algunos artículos enfocados en la
seguridad pública. Aún queda analizar la reestructura brutal que van a
hacer en educación, mercantilizándola y abriéndole las puertas de par en
par en los lugares de decisión a las universidades privadas.
El anteproyecto también incluye adecuaciones al sistema que administra el Banco de Previsión Social (BPS).

Por si
fuera poco la agrupación de propietarios rurales “Un solo Uruguay”
volvió a realizar su acto anual este 23 de enero brindándole todo el
apoyo al gobierno entrante y el general Guido Manini Ríos, líder del
ultraderechista Cabildo Abierto, miembro de la Coalición Multicolor,
quien apuesta a ser intendente de Montevideo, tras 30 años de gobiernos
frenteamplistas en la capital uruguaya.
Las
experiencias regionales y de otros continentes nos han demostrado que
este tipo de leyes, por más que nos espante, es solo el marco legal
(pero no legítimo), la punta del iceberg del retroceso que se vendrá. Es
el sustento jurídico para reprimir la lucha ante medidas del futuro
gobierno que serán sumamente regresivas en derechos y en detrimento de
la clase trabajadora.
Al final parece
que el ajuste no será pluma por pluma para que nadie se queje, como
vaticinó el ex presidente Julio María Sanguinetti, la mano viene de
desplume, así sin más.
* Nicolás Centurión.
Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro
de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades
sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al
Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
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