Este informe se produce en el marco de una serie de documentos de coyuntura realizados por el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE), en los cuales se analizan los hechos de mayor incidencia en la política argentina de cara a las elecciones de medio término y que, en esta coyuntura, pretenden caracterizar el
desarrollo de la contradicción principal en dicho país. Escribimos con la pretensión de dejar una herramienta, construida a partir de un método de estudio de la realidad, que sirva al debate y a la búsqueda de los pueblos de un proyecto de liberación que alcance a las grandes mayorías.
En este segundo informe intentaremos analizar las estrategias que emprendió el gobierno para afrontar la crisis económica y social producto de las “dos pandemias”, la del gobierno macrista y la sanitaria por COVID19, con la consecuente reacción de los sectores concentrados. Ello con el fin de evidenciar el escenario de disputas abiertas y el impacto que esto tuvo en el proceso electoral que inició en septiembre con la realización de las Primarias Abiertas y Simultáneas (PASO). La pregunta, más allá de las elecciones, es por el lugar que ocupan las grandes mayorías en los proyectos estratégicos que pugnan por imponer un modelo de sociedad y de vida.
INTRODUCCIÓN
En medio de nuevos rebrotes con aumento de casos de COVID en algunos países, la incertidumbre es alta, y la situación es abordada por los gobiernos de manera desigual debido al desigual acceso a las vacunas. A su vez, tras el parate económico por confinamiento, y la incipiente reactivación económica, se ha generado un aumento de demanda de materias primas e insumos, una situación que afecta a las economías y al comercio mundial, causando
situaciones inimaginables, como desabastecimiento en el Reino Unido, apagones de luz en China, o aumentos draconianos de las tarifas de luz en Europa continental, con las proximidades del invierno.
La Pandemia catalizó un proceso de transformación sistémica iniciado tras la última gran crisis financiera desatada en el corazón del capitalismo mundializado, con la caída del Banco Lehman Brothers, en 2008. Como resolución a la misma, los “dueños del dinero” invirtieron en la denominada revolución tecnológica (cuarta revolución industrial) que implicó la transformación de la estructura de procesos y procedimientos de la totalidad de la producción manufacturera y de comercialización, apostando a la innovación y desarrollo de tecnologías fundamentales como la inteligencia artificial, la bio y la nanotecnología, la impresión 3D y la robotización y automatización de procesos de producción y circulación de mercancías, entre otras. Es decir, la digitalización de la economía, asentada en la inversión y desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación.
Y como siempre en el capitalismo, el saldo de esta revolución fue de mayor desigualdad, expropiación, miseria. Una pulseada estratégica, en la que se aceleraron los tiempos para la imposición de un mundo virtual- digital, cuyos
grandes ganadores fueron sectores concentrados vinculados a laboratorios, finanzas y empresas tecnológicas. Los Estados, incluso de los otrora países centrales, están siendo colonizados por este nuevo momento del capitalismo.
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