Ecuador quedó subordinado a las consignas económicas del FMI desde la primera Carta de Intención suscrita en 1983.
El presidente Franklin D. Roosevelt (1933-1945) tuvo dos iniciativas
de enorme significación histórica: una, fue la adopción del “New Deal”
para superar la brutal crisis económica que vivían los EE.UU. al
comenzar la década de 1930; y la otra, promover una organización
mundial, capaz de levantar la paz y la buena convivencia, junto con
organismos que lograran prevenir y dar soluciones a los ciclos de crisis
que afectaban no solo a países aislados, sino a las mismas relaciones
internacionales.
En lo interno, el New Deal se enfocó en
estimular la demanda, a través de políticas generadoras de empleo,
inversiones públicas y fortalecimiento de bienes y servicios estatales.
Ello significó la ruptura con toda ortodoxia económica liberal y el
inicio de la construcción de una economía social (desmontada
desde Ronald Reagan [1981-1989] y que hoy intenta recobrar Joe Biden)
pues el Estado pasó a regular la economía, se expandieron las obras
públicas (carreteras, puertos, aeropuertos, edificios, centrales
eléctricas, etc.), se crearon trabajos públicos y privados con
protección a los derechos laborales, se introdujo la seguridad social y
las pensiones para jubilados, así como subsidios a los desempleados y se
incrementaron impuestos directos como el de las rentas, fueron
sancionadas la especulación y las maniobras empresariales para
escabullir sus responsabilidades. En cien días, la crisis empezó a ser
abatida y Roosevelt fue reelecto por tres ocasiones, ya que fue evidente
el fortalecimiento provocado sobre la institucionalidad, la democracia y
las políticas sociales.
En el ámbito externo, se trató de
superar el tradicional aislacionismo norteamericano, pues Roosevelt
intervino durante la II Guerra Mundial (1939-1945) junto a los aliados
para derrotar a las potencias del Eje e impulsó una nueva configuración
del mundo basada en la cooperación global de las naciones. Las potencias
aliadas realizaron reuniones desde 1943 y 51 naciones lograron, el 26
de junio de 1945, la Carta de las Naciones Unidas que entró en
vigor el 24 de octubre siguiente. El Presidente Roosevelt también tuvo
decidido empeño en crear una organización económica internacional, para
lo cual fueron invitados diversos países del mundo a la Conferencia
Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, que se realizó en Bretton
Woods (New Hampshire, EEUU), a partir del 1º. de julio de 1944. La
Sesión Plenaria de clausura se realizó el 22 de julio de 1944, quedando
redactados dos instrumentos: Acuerdo sobre creación del Fondo Monetario
Internacional (FMI), y Acuerdo sobre el Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (BIRF).
Los fines establecidos por el Acuerdo constitutivo del FMI fueron:
* Promover la cooperación monetaria internacional;
* Facilitar la expansión y el desarrollo equilibrado del comercio
internacional, a fin de contribuir al fomento y mantenimiento de altos
niveles de empleo e ingresos reales y al desarrollo de las fuentes
productivas de todos los países participantes;
* Promover la estabilidad del cambio;
* Ayudar a establecer un sistema de pagos multiláteros y a eliminar
restricciones del cambio sobre el exterior que obstaculicen el
desarrollo del comercio mundial;
* Confianza entre los países
participantes, poniendo a su disposición los recursos del Fondo bajo
garantías adecuadas, a fin de corregir desajustes en su balanza de
pagos;
* Acortar la duración y disminuir el grado del desequilibrio entre las balanzas de pago internacionales.
A su vez, el BIRF cumpliría los siguientes fines:
* Contribuir a la obra de reconstrucción y fomento en territorios de
países participantes, facilitando la inversión de capital con fines de
producción, incluyendo rehabilitación de las economías destruidas o
dislocadas por la guerra;
* Fomentar las inversiones particulares en el extranjero;
* Promover un incremento equilibrado de largo alcance en el comercio
internacional y el mantenimiento del equilibrio en las balanzas de pago;
* Arreglar los préstamos, con preferencia a los proyectos grandes y pequeños, que sean útiles y de mayor urgencia;
Mientras eso sucedía en el mundo, a consecuencia de “La Gloriosa”
revolución del 28 de mayo de 1944, en Ecuador fue depuesto el presidente
Carlos A. Arroyo del Río (1940-1944), entre otras razones por haber
sancionado el perjudicial “Protocolo de Paz, Amistad y Límites” con el
Perú (Protocolo de Río de Janeiro), que reconoció, luego de una corta
guerra que Ecuador no pudo afrontar con éxito, más de media amazonia a
favor del vecino del sur. Gobernaba, entonces, José María Velasco Ibarra
(1944-1947), quien delegó a la reunión fundadora del FMI, a Esteban F.
Carbo, Consejero Financiero de la Embajada del Ecuador en Washington y a
Sixto E. Durán Ballén, Presidente de la Delegación y Ministro Consejero
de dicha Embajada.
La cuota del Ecuador al FMI se estableció en
5 millones de dólares. Estados Unidos, el mayor participante, aportaría
con 2.750 millones de dólares. La cuota del Ecuador al BIRF fue de 3.2
millones de dólares, mientras que la de los Estados Unidos, la mayor de
todas, fue de 3.175 millones de dólares.
La aprobación de los
acuerdos sobre el FMI y el BIRF correspondió al Congreso Nacional
Extraordinario del Ecuador, mediante Decreto dado en Quito, el 10 de
diciembre de 1945, suscrito nada menos que por el socialista Manuel
Agustín Aguirre, como Vicepresidente Encargado de la Presidencia y quien
en la década de 1960 sería el gran promotor del “Partido Socialista
Revolucionario del Ecuador” y luego rector de la Universidad Central; y
suscrito también por Pedro Jorge Vera, como Secretario del Congreso,
quien ya era un prestigioso literato, periodista y activo militante del
Partido Comunista.
Naturalmente eran otros tiempos. Incluso la
izquierda marxista de la época confiaba en un mundo nuevo después de la
catástrofe humana que significó la II Guerra Mundial y la lucha contra
el eje nazi-fascista. Nunca se podía imaginar que tanto el FMI como el
BIRF se transformaran en instituciones para la imposición del recetario
neoliberal y del “Consenso de Washington”, a partir de la crisis de la
deuda externa latinoamericana, que estalló en México, en 1982, e
inmediatamente se extendió en todos los países de la región.
Ecuador también quedó subordinado a las consignas económicas del FMI
desde la primera Carta de Intención suscrita en 1983 y en los 16
instrumentos que se suscribieron hasta 2003, por los sucesivos
gobiernos. El presidente Rafael Correa (2007-2017) no suscribió una
Carta con el FMI ni se subordinó a sus condicionamientos, pero acudió a
esta institución por un crédito de unos 400 millones de dólares (julio,
2016), para afrontar específicamente los problemas de balanza de pagos,
ahondados por un terremoto en abril de 2016. En cambio, fue Lenín Moreno
(2017-2021) quien revivió las viejas relaciones de subordinación al FMI
a través de un Acuerdo Ampliado, que determinó las políticas económicas
de su gobierno. Ese acuerdo es la herencia recibida por Guillermo
Lasso, cuya visión económica coincide con los principios “aperturistas”
que maneja el FMI.
DELEGACIONES PARTICIPANTES EN LA CONSTITUCIÓN DEL FMI, 1944
Australia Etiopía Nicaragua
Bélgica Francia Noruega
Bolivia Grecia Panamá
Brasil Guatemala Paraguay
Canadá Haití Perú
Chile Honduras Filipinas
China Islandia Polonia
Colombia India Unión Sudafricana
Costa Rica Irán Unión de Repúblicas Socialistas
Cuba Iraq Soviéticas
Checoeslovaquia Liberia Reino Unido
República Dominicana Luxemburgo Estados Unidos de América
ECUADOR México Uruguay
Egipto Holanda Venezuela
El Salvador Nueva Zelandia Yugoeslavia
Historia y Presente – blog – www.historiaypresente.com
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