Eduardo Camín
Según sus estatutos, la Organización Mundial de Comercio (OMC) es una organización “dirigida por los Miembros” en la que las decisiones se adoptan por consenso. Todas las decisiones importantes son adoptadas por la totalidad de los Miembros, ya sea por sus ministros (que se reúnen por lo menos una vez cada dos años) o por sus embajadores o delegados , que sesionan regularmente en la sede de Ginebra.
Durante su intervención en una reunión del Consejo General -el 6 de marzo., la Directora General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) Ngozi Okonjo-Iweala saludó el espíritu constructivo demostrado por los Miembros en la preparación de la Decimotercera Conferencia Ministerial (CM13), que tendrá lugar en febrero de 2024, y afirmó que el logro de resultados significativos y de calidad en no estaba “fuera de nuestro alcance”.
Señaló que se sentía muy alentada por el apoyo expresado por la India y otros miembros del Grupo de las 20 principales economías a la labor de la OMC durante las recientes reuniones celebradas en la India por los Ministros de Finanzas y Relaciones Exteriores del G-20 : un «reconocimiento sin precedentes del trabajo de la OMC», dijo.»
Sin dudas, la OMC es diferente de otras organizaciones internacionales, por ejemplo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, ya que allí no se delega la autoridad en una junta de directores ni en el jefe ejecutivo de la Organización.
Cuando las disposiciones de la OMC imponen disciplinas con respecto a las políticas de los países, se debe a negociaciones celebradas entre los miembros, que aplican las disposiciones, con arreglo a procedimientos convenidos negociados por ellos, que incluyen la posibilidad de sanciones comerciales.
Pero esas sanciones las imponen los países miembros, con la autorización de todos ellos. Es completamente diferente de lo que ocurre en otros organismos cuyos burócratas pueden, por ejemplo, inferir en la política de un país mediante la amenaza de retirarle el crédito.La adopción de decisiones por consenso entre unos 150 miembros puede resultar difícil. Su principal ventaja es que las decisiones adoptadas de esa manera son más aceptables para todos los miembros.
Y, a pesar de las dificultades, se han logrado algunos acuerdos notables. No obstante, de vez en cuando se oyen propuestas de creación de un órgano ejecutivo más pequeño: tal vez, por ejemplo, una junta de directores que representen a diferentes grupos de países. Por ahora, sin embargo, la OMC es una organización dirigida por sus Miembros y basada en el consenso.
Pero se han levantado controversias, más entre algunos observadores ajenos a la OMC que entre las delegaciones, sobre las negociaciones en la “Sala Verde”, el nombre informal de la sala de conferencias del Director General. Se utiliza para referirse a reuniones de 20 a 40 jefes de delegaciones, que a veces quedaba la sensación de que las reuniones de Sala Verde podían conducir a transacciones pactadas a sus espaldas.
Los progresos importantes raras veces se hacen en las reuniones formales de esos órganos y menos aún en las de los consejos de nivel superior. Al tomarse habitualmente las decisiones por consenso y sin votación, las consultas informales dentro de la OMC desempeñan una función de vital importancia en el proceso necesario para que una gran diversidad de miembros se ponga de acuerdo.
Así, desde nuestra óptica a la OMC la valoramos desde sus principios jurídicos y políticos y desde el Sistema de Solución de Diferencias, que son los mecanismos que tutelan los intereses de las multinacionales más allá de los contenidos materiales de las normas.
La OMC, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), se están convirtiendo en las instituciones centrales del devenir de la ciudadanía de todo el planeta. Instituciones cuyo funcionamiento se desarrolla al margen de cualquier regla democrática.
La globalización convierte a la democracia en un mero procedimiento formal, dirigido a la consolidación de la libertad de mercado. La privatización de los derechos humanos, la desregulación normativa en todos los ámbitos, es decir, la privatización del derecho abre paso a la democracia del mercado y a la definitiva privatización de sus instituciones.
Así, se privatiza el suministro de servicios básicos para la comunidad y se refuerzan los derechos de propiedad intelectual. Esto abre nuevos campos para el lucro de las empresas trasnacionales, que van desde el negocio del agua o las telecomunicaciones hasta las patentes sobre seres vivos.
La amplitud del mandato de la OMC da buena cuenta de ello. Los miles de acuerdos bilaterales y regionales de comercio e inversiones fortalecen la posición de los inversores extranjeros frente a los gobiernos nacionales, los cómplices activos del neoliberalismo.
¿De quién es la OMC?
En principio, la OMC pertenece a sus miembros. Los países adoptan sus decisiones por conducto de diversos consejos y comités integrados por todos ellos. El órgano más importante es la Conferencia Ministerial, que debe reunirse por lo menos una vez cada dos años. La Conferencia Ministerial puede adoptar decisiones sobre todas las cuestiones que se planteen en el marco de cualquiera de los acuerdos comerciales multilaterales.
En el segundo nivel está el Consejo General bajo tres formas. Entre las conferencias ministeriales, la labor cotidiana está a cargo de tres órganos: el Consejo General, el Órgano de Solución de Diferencias y el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales.En realidad, son el mismo: en el Acuerdo por el que se establece la OMC se dice que todos ellos son el Consejo General, aunque cuando se reúnen tienen diferentes mandatos. También en este caso están integrados por todos los Miembros de la OMC. Deben rendir informe a la Conferencia Ministerial.
El Consejo General actúa en representación de la Conferencia Ministerial en todos los asuntos de la OMC. Se reúne como Órgano de Solución de Diferencias y Órgano de Examen de las Políticas Comerciales para supervisar el procedimiento de solución de diferencias entre los Miembros para analizar las políticas comerciales de los Miembros respectivamente.
En el tercer nivel están los consejos para cada amplia esfera de comercio.Otros tres consejos — cada uno de los cuales se ocupa de una amplia esfera de comercio — rinden informe al Consejo General: el Consejo del Comercio de Mercancías. el Consejo del Comercio de Servicios y el Consejo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Consejo de los ADPIC), que son responsables del funcionamiento de los Acuerdos de la OMC que tratan de sus esferas de comercio respectivas.
También en este caso están integrados por todos los Miembros de la OMC. Los tres tienen también órganos subsidiarios.
Hay otros seis órganos (comités)que rinden informe al Consejo General. Su ámbito de competencia es más pequeño. Pero están asimismo integrados por todos los Miembros de la OMC. Abarcan distintas cuestiones: comercio y desarrollo, medio ambiente, acuerdos comerciales regionales, y cuestiones administrativas. En la Conferencia Ministerial de Singapur, celebrada en diciembre de 1996, se decidió crear nuevos grupos de trabajo para que examinaran la inversión y política de competencia, transparencia de la contratación pública y facilitación del comercio.
También informan regularmente al Consejo General de sus actividades otros dos órganos subsidiarios que se ocupan de los acuerdos plurilaterales (que no están firmados por todos los Miembros de la OMC).
En el cuarto nivel está el quid de la cuestión. Cada uno de los consejos de nivel superior tiene órganos subsidiarios. El Consejo del Comercio de Mercancías tiene 11 comités que se ocupan de temas específicos (agricultura, acceso a los mercados, subvenciones, medidas antidumping, etc.). También en este caso están integrados por todos los países Miembros.
Rinden también informe al Consejo del Comercio de Mercancías el Órgano de Supervisión de los Textiles, que consta de un presidente y 10 miembros que actúan a título personal, y los grupos que se ocupan de las notificaciones (los gobiernos informan a la OMC de las políticas o medidas que aplican o se proponen aplicar) y de las empresas comerciales del Estado.
En cuanto al Consejo del Comercio de Servicios, sus órganos subsidiarios se ocupan de los servicios financieros, las reglamentaciones nacionales, y las normas del AGCS y los compromisos específicos contraídos en su marco.
*Periodista uruguayo residente en Ginebra exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas (ACANU) en Ginebra. Analista Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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