Nicolás Centurión
Mafias brasileñas, una megapapelera, escáneres taiwaneses, elecciones en Paraguay, inseguridad y corrupción en Uruguay y una posible base militar estadounidense en la Triple Frontera. Todo esto que parece una ensalada de titulares es lo que está en juego en estos momentos en el Mercosur de la cocaína.
Uruguay
El último informe de la Secretaria Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft) es contundente en muchos pasajes sobre el momento que atraviesa Uruguay. Considera que la situación ha empeorado. Con respecto a la trata de personas “se mantiene la situación de Uruguay como país de fuente y tránsito de trata de personas, en especial mujeres y niñas, con el fin de explotación sexual comercial y trabajo forzoso”.
El apartado sobre tráfico de armas dice que: “El tráfico de armas de fuego, municiones, explosivos y otros se encuentra en el segundo lugar de las estadísticas de imputaciones de la FGN y el tráfico internacional de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales en el decimosexto.”Uruguay ya no es solo un país de tránsito sino que se ha podido constatar, por un lado, la producción nacional de drogas sintéticas y, por el otro, un aumento en el consumo de drogas a nivel local, tales como la cocaína y metanfetaminas.
A esto se le puede agregar las condiciones sumamente apetecibles para el narcotráfico: fronteras secas con Brasil; muchas vías de acceso con Argentina y la conexión con la hidrovía Paraná – Paraguay; medio país sin radares aéreos, un festín para las avionetas con alijos de droga; más de 800 pistas clandestinas de aterrizaje; férreo secreto bancario; un puerto entregado a una multinacional belga por 60 años, donde este país se ha transformado en uno de los destinos más codiciados por los narcotraficantes. ¿Casualidad? El tiempo dirá.
Por último, controles muy laxos en las fronteras, corrupción policial y unas fuerzas de seguridad poco equipadas para contrarrestar el fuego enemigo.
Tal es el caso en la frontera noreste con Brasil en el departamento de Rivera, donde la banda brasileña “Os Manos” se ha apoderado de la frontera y pretende avanzar tierras adentro del Uruguay. En las últimas semanas se capturaron a 20 uruguayos integrantes de la banda norteña.
Vecinos
Las organizaciones brasileñas y argentinas de narcotráfico se han fortalecido debido a mayores controles en la Triple Frontera. Ésto “ha provocado que la operativa de las organizaciones delictivas se haya desplazado hacia el sur, evidenciándose su presencia en las zonas de frontera del Uruguay con Brasil”, señala el informe.
El criminal Primer Comando Capital (PCC), que surgió de la masacre de Carandirú, es un fenómeno exclusivo de las cárceles brasileñas. En Uruguay hubo un intento de importar dicha organización pero fue estéril, no por razones de seguridad e inteligencia, sino por la lumpenización de los reos uruguayos y su falta de organización. El PCC se ha expandido hacia tierras paraguayas y hoy en día ya domina varias cárceles que se encuentran cerca de la Triple Frontera.
Las conexiones se empiezan a trenzar cuando el PCC tiene conexiones con Sebastián Marset, el uruguayo devenido en narco y sospechado de ser uno de los autores intelectuales del homicidio del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en tierras colombianas. A su vez ,el PCC tiene vínculos con la mafia calabresa a través de la ‘Ndrangheta, siendo la puerta de entrada de la cocaína a Europa.
De aquellos ríos, estas olas
Turbulentas aguas se agitan al norte del Uruguay. La hidrovía Paraná – Paraguay recorre 3.400 km desde Puerto Cáceres (Brasil) hasta el Puerto de Nueva Palmira (Uruguay) y es la ruta predilecta de los narcos para enviar droga desde Sudamérica a Europa y África.
Entre 2021 y 2022 salieron de la hidrovía aproximadamente 46 toneladas de estupefacientes. En el caso uruguayo, el 72% de la droga incautada, provino de la hidrovía. “El gerente de la hidrovía”, más conocido como Sebastián Marset ha utilizado las viejas rutas de los contrabandistas y ahora la ruta del grano para llevar adelante sus ilícitos.
La hidrovía recorre la zona argentina del Gran Rosario, donde la banda de “Los Monos” son reyes y dueños del narco y la violencia de allí. Rosario, capital de la provincia de Santa Fé, no fue ajena al tsunami privatizador del ex presidente Carlos Saúl Menem. El Banco Provincial no escapó a tal lógica y fue entregado a los hermanos Rohm, un apellido tristemente célebre en ambos márgenes del Río de la Plata.
Los Rohm eran dueños del Banco General de Negocios donde el Cartel de Juarez lavaba dinero y también en los 90 les fue adjudicado en Uruguay por el entonces presidente y padre del actual presidente, Lacalle Herrera, el Banco Comercial. Banco que quebraría en la crisis del 2002 junto con los otros tres bancos privados más grandes del país. ¿Otra casualidad?
El águila
Estados Unidos ejerce presión sobre el gobierno paraguayo desde varios ángulos y pretende asegurar su dominio en dicho país gane el candidato que gane. Las elecciones se celebrarán el 30 de abril y los que pican en punta son los candidatos del partido colorado Santiago Peña y del opositor Frente Guazú Efraín Alegre.
La jugada de Estados Unidos viene de largo aliento. Primero declarando al ex presidente Horacio Cartes como “persona significativamente corrupta” y congelando sus activos en el país del norte. La misma acusación recayó sobre el actual vicepresidente, Hugo Velázquez.
Otro tiro por elevación contra Cartes es la instalación de la mega pastera a cargo de Grupo Zapag, conglomerado empresarial enemistado con el expresidente paraguayo. Para llevar adelante el mega emprendimiento se precisa mucho dinero y Goldman Sachs fue la institución financiera que habilitó dicho dinero. Decir Goldman Sachs es decir Estados Unidos. A su vez, el Grupo Zapag es dueño de flotas de barcazas que navegan por toda la hidrovía. ¿Otra casualidad?
Este ataque a Cartes tiene varios frentes y es un mensaje claro a toda la dirigencia política paraguaya: “con nosotros no se juega”. Estados Unidos tiene grandes intereses en la Triple Frontera. A través de ingenieros estadounidenses están construyendo un tramo de la hidrovía, pero quizá en buen criollo es que se está gestando una base militar encubierta.
Estados Unidos presionó para que Paraguay ejerza más control sobre el narcotráfico en su zona de influencia y allí trianguló una ayuda con el gobierno de Taiwán para comprar radares. Es que Paraguay es el único país sudamericano que lo reconoce como país legítimo en contraposición a China.
En el Mercosur, Argentina negocia fuertemente con China. Lula, el presidente de Brasil visitó al gigante asiático recientemente e incluso la ex presidente Dilma Rousseff ha sido nombrada como la presidenta del banco de los BRICS.
Washington ve con preocupación el pendular comportamiento del gobierno uruguayo. Por un lado se muestra cercano al gobierno estadounidense como ha sido históricamente el Partido Nacional, pero por otro lado el posible Tratado de Libre Comercio (TLC) con China no es visto con buenos ojos por Estados Unidos y se lo hicieron saber al polémico presidente Luis Lacalle.
Todo esto está en juego a escasos kilómetros de Uruguay. Es más, Uruguay está metido en este entuerto geopolítico que implica bandas de cárceles brasileñas, una megapapelera, escáneres taiwaneses, elecciones en Paraguay, inseguridad y corrupción en Uruguay y una posible base militar estadounidense en la Triple Frontera.
Sin embargo, el gobierno uruguayo se empeña en combatir al narcomenudeo, mientras toneladas y toneladas de cocaína llegan a Europa con contenedores con la bandera uruguaya. No hay que mirar tanto las series de televisión para entender la realidad:, ni Cali, ni Medellin, ni Río de Janeiro. Rosario queda cerca. Montevideo, Maldonado, Colonia dan muestras todos los días de lo que sucede en este Uruguay, si no se toma la «merca» en serio.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP).Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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